Comentario al Evangelio del 30 de septiembre de 2018
El
nacionalismo es identitario y excluyente; mira siempre todo lo ajeno
con recelo y con desprecio, con un temor que desemboca en rechazo y
marginación. El verdadero cristianismo nunca se entrega al nacionalismo;
por eso el verdadero cristianismo siempre es católico, universal.
Ninguna persona es considerada ajena porque todos somos hermanos;
ninguna cultura es mirada con rechazo porque, si en todas está el pecado
del hombre, en todas también está la mano bondadosa de Dios.
Corren
tiempos en los que supuestos defensores de la patria y las tradiciones
toman la bandera de la fe católica para rechazar al otro. El
cristianismo surge cuando los discípulos de Jesús traspasan las
fronteras del nacionalismo judío y acogen como hermano a cualquier
hombre o mujer que aceptara en su corazón el nombre de Cristo. El
catolicismo es, siempre, sinónimo de universalidad. Hasta con los que
nos separan las ideologías y las creencias, los católicos sabemos que
nos une la voluntad de un solo Dios que se hace presente en el corazón
de cada persona.
Pero no nos engañan, la excusa es la identidad,
las tradiciones, la patria, hasta la religión; pero la razón es el
dinero; el egoísmo y el dinero. Toda persona buena encuentra en el
católico los brazos abiertos; todo gesto de dignidad y de justicia
encuentra en el católico su aprobación. Ni el rechazo, ni el egoísmo, ni
la discriminación serán nunca signo de la espiritualidad católica.
La hipocresía tampoco; y decir que se acoge a los inmigrantes menores para tenerlos después hacinados y mal atendidos, lo es.
Sábado 29, iniciamos la Poscomunión
Concierto - oración en la Parroquia de San Jacinto, viernes 28
El viernes 28 de septiembre de 2018, desde las 20:00 h., será el concierto - oración "Palabra de Vida Eterna", en la Parroquia de San Jacinto (Sevilla), con participación de los cantantes Migueli, Pedro Sosa y Álvaro Fraile.
Representación del Evangelio en la Misa de 11
Los niños de Poscomunión representan el Evangelio de este domingo XXV del Tiempo Ordinario:
EVANGELIO
SEGÚN SAN MARCOS 9, 30-37
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie
se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les
decía:
«El
Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y,
después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero
no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron
a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó
«¿De
qué discutíais por el camino?».
Ellos
callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús
se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien
quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y
tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El
que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a
mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Palabra
del Señor.
A continuación, mostramos cómo los niños se desplazaron por el templo, discutiendo como los apóstoles, y cómo el que hacía de Jesús abrazaba a un niño, haciendo ver cómo es nuestra relación con Dios Padre. Nuestro párroco leyó el Evangelio y lo explicó también con la homilía.
Eucaristía de inicio del curso parroquial
Este domingo 23 de septiembre de 2018, celebramos la Eucaristía de inicio del curso pastoral parroquial, a las 12:00 h.
Invitamos a asistir a todos los miembros de los grupos parroquiales, parroquianos, feligreses y vecinos interesados, a participar con alegría y esperanza en el comienzo de este nuevo curso.
Servicio humilde (Marcos 9,30-37)
Hay
quien confunde la humildad con el apocamiento o con someterse fácilmente a la
voluntad de otro. También puede confundirse con la timidez. Pero ninguna de
estas características refleja lo que es la humildad evangélica.
El
humilde por fe es aquella persona que busca aportar lo que puede y sabe para
mejorar su entorno y el mundo, sabiendo que la última palabra siempre viene de
lo alto. El humilde por fe soporta contrariedades y desplantes, sin sentirse
contrariado, sin desear vengarse, porque en todo momento se siente rodeado por
los brazos de Jesús. El humilde por fe vive en cada momento el gozo del ahora,
sin pensar qué dirán, sin hacer cálculos de beneficios. El humilde por la fe se
sabe en el centro del mundo, porque todos los pobres y los sencillos son el
centro del mundo para Dios.
No
te compares; no te preguntes si eres más importante que este o que aquel. No
discutas graves problemas políticos y económicos, que no comprometen tu vida,
que te dejan el corazón agitado y el alma helada. Acoge a los pequeños y a los
pobres, acoge a quien necesite tu ayuda, porque acogiéndolo a él, nos dice
Jesús, que lo acoges a él mismo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre
me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha
enviado.»
Resiliente (Marcos 8,27-35)
Define
el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la palabra resiliencia
con dos significados, uno para la capacidad que tiene los materiales de
recuperar su estado inicial cuando cesa la presión a la que son sometidos, otro
para la de los seres vivos de adaptarse a una situación adversa. La persona
resiliente no se define sólo por su capacidad de resistencia o por su capacidad
de adaptación. El resiliente crece como persona en la dificultad. Crece en su
empatía ante el que sufre; crece en verdadera autoestima y perdón hacia sí
mismo; crece en la capacidad de reconciliación con quien le daña; mira más
lejos y más alto en el sentido de su vida; ama más generosamente; se entrega con
más gratuidad.
Era
fácil ser discípulo de Cristo en Galilea, sostenidos por la fuerte personalidad
del Maestro, llevado en volandas por las aclamaciones del pueblo, deslumbrados
por los milagros y los signos con los enfermos. Para reconocer en toda su verdad
a Cristo como el Salvador tenían que verlo sufrir y morir en la cruz. Una fe
sin resiliencia en la dificultad, en los momentos duros, no deja de ser
sentimentalismo adolescente.
Isaías
nos da la clave de la resiliencia cristiana: “El Señor me abrió el oído; yo no
resistí ni me eché atrás. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes,
sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién tiene
algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me
condenará?”
Como
el Sol día a día va haciendo madurar la uva, abrir tu oído cada día a la
Palabra te permitirá madurar y ser vino bueno.
14 de septiembre, día de la Santa Cruz
Celebramos el día de la Santa Cruz, y rezamos por quienes hoy siguen en la cruz del paro, del trabajo precario, de la enfermedad o en la cruz de la migración. 20:30 h., en la Parroquia.
Oyentes (Marcos 7,31-37)
A veces la capacidad para oír nos
viene de experiencias que vivimos en silencio.
Muchas predicaciones había
pronunciado Jesús en Galilea; muchas parábolas habían hecho pensar y
recapacitar a sus oyentes; muchas enseñanzas les había transmitido; pero en el
texto del evangelio de este domingo sólo pronuncia una: “Efettá”, y los oídos
de aquel muchacho sordomudo se abrieron ante su suspiro y la orden que dio. Es
cierto que puso en juego toda la intimidad de aquel muchacho. Le pidieron que
le impusiera las manos y él se lo lleva aparte, mete uno de sus dedos en el
oído del muchacho y con su propia saliva toca su lengua. Sólo una palabra pero
mucha intimidad en juego. El resultado no podía ser más que aquel sordomudo
comenzara a oír y a hablar, y todos proclamaban a los cuatro vientos que Jesús
hacía los signos del mesías esperado.
Muchas experiencias de frustración y
soledad habría sufrido aquel muchacho en su vida; muchos desprecios de los que
se consideraban “válidos” y “normales”; muchos gestos de compasión que lo
pudieron consolar o hundir más aún en su propia desesperación; pero sólo fue
una experiencia de encuentro con Jesucristo la que lo sacó de su sordera y su
mudez, sólo fue el acoger la íntima cercanía y la fuerza vital de Jesús lo que
lo salvó. Mira cara a cara las situaciones que te dejan mudo de impotencia o
vergüenza y deja que en ellas Cristo se acerque a ti para que cure tu mudez y
te haga capaz de expresar tu protesta, tu denuncia, tus razones, tu acción de
gracias.
Este 8 de septiembre, gesto con la Virgen del Cobre
Este sábado, 8 de septiembre de 2018, día de la Natividad de la Virgen, tendremos un pequeño gesto con la Virgen del Cobre, patrona de Cuba, en la Eucaristía de las 20:30 h.
Todos los cubanos estáis invitados.
Inscripción en Catequesis para niños
Catequesis 2018-2019 para niños de Segundo de Primaria:
La recogida de las hojas de inscripción serán los días 4, 5, 6, 7, 12 y 13 de septiembre, en horario de 18:00 a 19:00 h.
La reunión de padres, para la entrega de la hoja de inscripción y abonar 5 euros del libro de trabajo, será el viernes día 14, de 18:00 a 19:00 h. Gracias.
La recogida de las hojas de inscripción serán los días 4, 5, 6, 7, 12 y 13 de septiembre, en horario de 18:00 a 19:00 h.
La reunión de padres, para la entrega de la hoja de inscripción y abonar 5 euros del libro de trabajo, será el viernes día 14, de 18:00 a 19:00 h. Gracias.
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