El
cielo está lleno (Lucas 16, 19-31), breve comentario sobre el Evangelio del
domingo 25 de septiembre de 2022, XXVI del Tiempo Ordinario.
El cielo está lleno de personas que,
habiendo sufrido dificultades sin número en la tierra, ahora están
profundamente agradecidas por vivir en la fiesta del amor del Padre.
El evangelio de este domingo nos narra la
parábola del pobre Lázaro, un mendigo que murió a las puertas de la casa de un
ricachón derrochador, que ni siquiera se dignó mirarlo un solo día. Lázaro fue
el cielo; y aquel rico, vano y derrochón, fue al infierno por su falta de
compasión.
El cielo está lleno de personas pobres
alegrándose, por fin, en la presencia bondadosa del Padre y del Hijo, cantando
y bailando con la alegría del Espíritu; también en el infierno habrá algunos,
los que, preocupados por miles de estupideces, rechazan la mirada de los pobres
y de los que sufren. Lo más terrible de todo es que algunos de estos se llaman
cristianos y son devotos de tal o cual imagen...
Nosotros ya sabemos el mandamiento de la
nueva alianza: “Amaos unos a otros como yo os he amado, con más ternura y
generosidad cuanto más débil y pobre es la otra persona. Este mandamiento es
más grande que todas las promesas que hayas podido hacer; es lo que dará
eficacia a tus oraciones; es lo que hace aceptable la ofrenda que hagas a
Dios".
Mira al pobre a los ojos y después haz lo que puedas y sea un bien para él.