V Domingo de Cuaresma


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Lectura del Evangelio y unas palabras sobre el mismo en este domingo V de Cuaresma, 29 de marzo de 2020.


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Celebración de la Misa en el templo parroquial.

Preguntas por whatsapp (Juan 11, 1-45)

Preguntas por whatsapp (Juan 11, 1-45), comentario sobre el Evangelio del 29 de marzo de 2020.

Me preguntas, Rudy, el porqué de esta situación de epidemia que estamos viviendo. Sólo te puede decir que no lo sé. Sí sé que no es ningún castigo de Dios, como si Dios Padre hiciera sufrir y morir a alguno de sus hijos para que otros se convirtieran de sus pecados. Ese no es el Padre de misericordia y Dios de todo consuelo que nos enseña el Evangelio.

El Señor siempre está al lado del que sufre y al lado del que ayuda al que sufre. No es un Dios en las alturas, es un Dios encarnado, pasó por un hombre cualquiera de un pueblo pequeño y oprimido.

Pero, ciertamente, algunas cosas nos pasan porque pensamos que vivimos en “los mundos de Yupi”; que con ideas ingenuas y buenas intenciones todo se arregla; que las imprudencias que hacemos nunca van a recaer sobre nosotros. Vivimos en una sociedad adolescente, comenzando por los políticos que nos gobiernan; en parte, estamos pagando su imprudencia y su ineficacia.

Esto no nos aclara por qué hay virus y por qué hay mal en el mundo. Eso es un misterio. Pero sí nos pone en guardia para que no vivamos como si todo dependiese de nuestra omnímoda voluntad. Muchas veces nuestros errores no tienen “marcha atrás”.

Pero lo que nunca tiene ocaso ni merma es la voluntad de Dios de darnos su vida siempre nueva. Quizás nuestro pecado no sea reparable, pero sí tiene perdón, porque Jesucristo lo ha asumido y lo ha perdonado. En su cruz nuestro pecado y nuestra muerte han sido vencidas. Así que, debemos vivir con toda la lucidez y la prudencia posible; pero podemos vivir con una profunda confianza que llenará nuestra vida con una luz que nos hará mirar siempre el futuro con esperanza.

Meditación de Cuaresma


Meditación de Cuaresma: Unas palabras en el día 27 de marzo de 2020, con Exposición del Santísimo, en nuestra Parroquia de San José Obrero.

IV Domingo de Cuaresma, 22 de marzo


Unas palabras sobre el IV Domingo de Cuaresma, 22 de marzo de 2020.



Celebración de la misa en el Templo parroquial.

Bendición 20 de marzo


Después de rezar el Viacrucis, Juan da la bendición del Santísimo para toda la feligresía.

Cómo confesar en ausencia de un sacerdote

El Papa explica cómo confesar en ausencia de un sacerdote.


En la Misa en Santa Marta, Francisco ha explicado cómo confesar en ausencia de un sacerdote: «Haces lo que dice el Catecismo. Si no encuentras un sacerdote para confesar, habla con Dios y pídele perdón con todo el corazón. Y prométele: «Más tarde confesaré, pero perdóname ahora». E inmediatamente volverás a la gracia de Dios». Además, el Papa ha dirigido su oración por el personal sanitario que está trabajando para ayudar a los pacientes con coronavirus, en particular en Bérgamo, Treviglio, Brescia y Cremona, y por las autoridades.

«La Cuaresma siempre se enfoca en la conversión del corazón que, en el hábito cristiano, toma forma en el sacramento de la Confesión». Es hora de «dejar que Dios nos blanquee, que Dios nos purifique, que Dios nos abrace», aseguró Francisco en la Misa que celebra cada mañana en Santa Marta.

«Sé que muchos de ustedes, para Pascua, van a confesarse para encontrarse con Dios. Pero muchos me dirán hoy: “Pero padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, sin salir de casa? Y quiero hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace»», aseguró el Papa a los miles de espectadores que siguen la celebración en streaming.

«¿Qué puedo hacer si no encuentro sacerdotes?», se preguntó. «Haces lo que dice el Catecismo. Si no encuentras un sacerdote para confesar, habla con Dios, él es tu Padre, y pídele perdón con todo el corazón, con el acto de dolor. Y prométele: «Más tarde confesaré, pero perdóname ahora». E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un sacerdote a mano. Piénsalo: ¡es hora! Y este es el momento correcto. Un acto de dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve».

Francisco terminó la celebración invitando a hacer la comunión espiritual y recordó un mensaje recibido de un sacerdote de Bérgamo pidiendo orar por los médicos de allí, y de Treviglio, Brescia y Cremona, «que están dando sus propias vidas para ayudar a los enfermos, para salvar las vidas de los demás». Francisco pidió por las autoridades, «que muchas veces sufren malentendidos. Médicos, personal del hospital, voluntarios de salud o autoridades, en este momento son columnas que nos ayudan a avanzar y defendernos en esta crisis. Oremos por ellos».

Fuente: 

Artículos del Catecismo de la Iglesia Católica a los que hace referencia el Papa Francisco:
1484 «La confesión individual e íntegra y la absolución continúan siendo el único modo ordinario para que los fieles se reconcilien con Dios y la Iglesia, a no ser que una imposibilidad física o moral excuse de este modo de confesión» (Ritual de la Penitencia, Prenotandos 31). Y esto se establece así por razones profundas. Cristo actúa en cada uno de los sacramentos. Se dirige personalmente a cada uno de los pecadores: «Hijo, tus pecados están perdonados» (Mc 2,5); es el médico que se inclina sobre cada uno de los enfermos que tienen necesidad de él (cf Mc 2,17) para curarlos; los restaura y los devuelve a la comunión fraterna. Por tanto, la confesión personal es la forma más significativa de la reconciliación con Dios y con la Iglesia”.

1451 Entre los actos del penitente, la contrición aparece en primer lugar. Es «un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar» (Concilio de Trento: DS 1676).

1452 Cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas, la contrición se llama» contrición perfecta» (contrición de caridad). Semejante contrición perdona las faltas veniales; obtiene también el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677)».

Nada es tuyo (Mateo 1, 16-24)


Nada es tuyo (Mateo 1, 16-24), comentario sobre el Evangelio del 19 de marzo del 2020.



Me dices, Rudy, que ya le has dicho a tu novia que quieres bautizarte y, me dices, que se lo esperaba: “Tanto hablar con el cura y tanto ir a la parroquia… mucho estabas tardando.”

A pesar de que ella está bautizada e hizo la primera comunión no es una persona a quien la fe le aporte mucha luz. Eso es, por desgracia, demasiado común. Ahí tienes tu primera tarea como evangelizador y como discípulo de Jesucristo. Sin ser pesado, sin creerte más que nadie, apórtale tu testimonio creyente día a día; expresa, cuando te lo pidan, tus razones para creer; y no dejes que la indiferencia o el anticristianismo del entorno te aleje de Quien será toda tu vida luz en el camino para ti y para tu propia familia.

El amor siempre es un don, un regalo inmerecido; y la persona que amamos es el don más grande que Dios nos hace. Ella es, para nosotros, presencia del amor de su amor inmenso. Ni tu mujer, ni tus hijos serán tuyos; eres tú el que serás de ellos, y sólo así podrás vivir en acción de gracias permanente. Tú intenta siempre ser bueno con ellos, y cada noche, antes de dormirte, piensa en si estás respondiendo al don que te han entregado. Recuerda a San José, que después de un día amargo, en la noche, recibió el mayor encargo que un hombre puede recibir: ser padre del Hijo mismo de Dios. Cada noche, en intimidad, pregunta al Señor qué te pide, cuál es su voluntad.

Si la mujer ha de ser dulzura fecunda, nuestra masculinidad nos lleva a custodiar serena y decididamente el inmenso tesoro de la vida.  Tu noviazgo, tu matrimonio, tus proyectos de vida no están fuera de la voluntad bondadosa del Padre que busca tu felicidad. Vive con agradecimiento la responsabilidad que te entregarán.


San José, 19 de marzo de 2020



San José, guardián de Jesús y casto esposo de María,
tú empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber,
tú mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente a los que recurren confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Se dirigen a ti, porque saben que tú los comprendes y proteges.
Tú también conociste pruebas, cansancio y trabajos.
Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría
por el íntimo trato que goza con el Hijo de Dios,
el cual te fue confiado a ti a la vez que a María, su tierna Madre.
Amén. (San Juan XXIII).


Homilía del 15 de marzo de 2020


Homilía del 15 de marzo de 2020, III domingo de Cuaresma, en la Parroquia de San José Obrero, San Juan de Aznalfarache.

Explicación del Evangelio para toda la familia y, especialmente, para los niños.

Homilía del 14 de marzo de 2020



Homilía del 14 de marzo de 2020, vísperas del III domingo de Cuaresma, en nuestra Parroquia de San José Obrero, San Juan de Aznalfarache.

Decreto de 14 de marzo de 2020


El Arzobispado de Sevilla suprime las misas públicas desde hoy, hasta nuevo aviso; es tiempo de rezar en casa por todos nosotros y todas las personas. El Rvdo. P. D. José Joaquín Castellón Martín continuará ofreciendo cada la misa por toda la comunidad parroquial, nuestros familiares y vecinos de la feligresía.


Nuestra Parroquia de San José Obrero, en San Juan de Aznalfarache, seguirá siendo casa y hogar de la eucaristía para todos.

Hacer clic aquí para leer el Decreto de 14 de marzo de 2020.

La sed que nos guía (Juan 4, 5-42)

La sed que nos guía (Juan 4, 5-42), comentario para el Evangelio del 15 de marzo del 2020.

Me dices, Rudy, que por qué sonrío cuando me dices que, mientras más quieres avanzar en la fe en el Señor, tantas más dudas tienes y tantos más pecados e incoherencias ves en tu vida.

Mira, aunque te parezca mentira, ese es el buen camino. Mientras que vivimos la fe como algo dado por supuesto, dejándonos llevar por nuestra educación, ni nos planteamos dudas, ni estamos abiertos a la voz del Señor en nuestra conciencia. Pero cuando decidimos buscar a Dios en nuestra vida, comienzan las preguntas y descubrimos cuánto dista nuestra vida de lo que el Señor espera de nosotros. Así que vas por el buen camino.

Cada pregunta que te haces: la moral de la Iglesia, los pecados de su historia, las preguntas sobre la fe y la ciencia…, tienen una respuesta, confía en quienes hemos recorrido ese camino antes. Acercarse al Señor es acercarse a la luz, y la luz pone de manifiesto nuestras sombras: nuestra actitud infantil y egocéntrica, nuestra falta de empatía con los demás, incluso con los que más queremos, el creernos el centro del mundo por encima hasta de Dios… Sin que las heridas vean la luz, no sanan.

Pero lo más importante es que descubras la sed que tienes de amar y ser amado, y que esa sed sólo en Cristo podrás saciarla. Sin el Señor, todo el amor que vives será como agua turbia y salobre que deja la boca áspera. Amar a tus padres y hermanos en Cristo, amar a tus amigos y a tu novia en Cristo, amar a los que sufren en Cristo, es el camino a recorrer. Y para ello dejarte amar por Cristo íntima, personalmente. Saber y experimentar que Cristo está siempre en ti para entregarte su vida y su perdón será el agua clara para la sed de vida que sientes en ti.

Comunicación parroquial, 13 de marzo


Comunicaciones parroquiales, a fecha de hoy viernes 13 de marzo de 2020:
- Se suspende el viacrucis previsto para esta tarde, ante las normas del Obispado.
- Se recomienda a las personas mayores y de alto riesgo que participen de la misa por televisión.
- La misa del domingo a las 11:00 h., se mantiene, aunque se entiende que los niños de la catequesis no tendrán obligación de participar; se aconseja que los padres tengan con ellos una oración adecuada.
- En las misas de difuntos sólo deben participar los familiares y las personas más allegadas.

Parroquia de San José Obrero, San Juan de Aznalfarache.

Una oración que alumbra (Mateo 19, 1-9)

Una oración que alumbra (Mateo 19, 1-9): comentario al Evangelio del 08 de marzo del 2020.

Me dices, Rudy, que no te gusta rezar, y me extraña porque la oración es el momento de nuestra vida en el que más libertad y amor vivimos. Quizás es que no le encuentres sentido a repetir una oración muchas veces, o a leer páginas de libros con palabras tan antiguas que no entiendes. Pero rezar es otra cosa.

Rezar es entrar en el fondo de uno mismo, en el hondón de tu persona, donde nadie de este mundo puede entrar, y allí descubrir que Dios Padre te estaba esperando para darte un abrazo que te reconcilia y te cura de todas tus heridas, donde te muestra su amor y te da alas para poder vivir en libertad. ¿Cómo no te va a gustar esto?

Rezar es pasar la vida ante la mirada misericordiosa de Dios, que nos llena de paz y de luz. Comienza por ahí. Cuéntale al Señor todo lo que te pasa, dile tus afanes y tus logros, tus problemas y tus pecados. No tengas miedo de reconocer ante Él lo que no reconoces ante nadie, y a ti mismo te cuesta ponerle nombre. El Señor te ama incondicionalmente, y sin ninguna condición te abraza. A Él puedes confiar tu egoísmo y cobardía, las veces que has usado a las personas a tu antojo y las veces que has hecho daño, cuánto prefieres tu propia comodidad a amar de verdad a los que te rodean. Mientras más sinceros somos en esa oración tanto más va sanando nuestra alma, como si se purgara.

Esa oración te dará una intimidad con el Maestro que vale más que el oro puro. Tu espíritu parecerá que se ensancha, que se esponja, que se llena de luz. El cristiano verdadero irradia alegría y luz en toda su vida. A Jesús, un día que rezaba con sus discípulos, el rostro se le iluminó y sus vestidos blancos como la nieve; así al acercarnos a Él encontramos la luz.


Solemne Quinario, marzo de 2020


Entre martes 3 y el sábado 7 de marzo de 2020, nuestra Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia, Nuestro Padre Jesús de la Humildad, Nuestra Señora de los Ángeles y Santa Ángela de la Cruz celebra el Solemne Quinario con sus Sagrados Titulares el Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de los Ángeles.

Será en nuestra Parroquia de San José Obrero, comenzando a las 19:30 h., con el siguiente orden: Rezo del Santo Rosario, Ejercicio del Quinario y Santa Misa con Homilía, a cargo del Rvdo. Sr. D. José Joaquín Castellón Martín, Pbro., Director Espiritual y Párroco.

El domingo 8 de marzo tendrá lugar la Solemne Función Principal de Instituto, a las 12:00 h., también oficiada por el Párroco y Director Espiritual.


El coronavirus y el hambrevirus


El hambrevirus es un "virus" letal que se cobra diariamente la vida de 8.500 niños por desnutrición, lo que equivale a decir que un niño muere de hambre en el mundo cada 10 segundos.

Sin embargo, este "virus" no ha tenido la misma repercusión mediática que el coronavirus, y ello por una razón básica: no constituye una amenaza para los privilegiados del planeta porque no es contagioso; un multimillonario podrá ser víctima del coronavirus, pero nunca del hambre. Afortunadamente puede uno tener contacto, sin mascarilla y sin lavarse las manos, con niños moribundos desnutridos sin que el hambre se "pegue".

Y, mientras tanto, este "virus", contra el que no se han construido megacomedores, sigue diezmando a la población infantil a pesar de existir una vacuna que muestra una eficiencia del 100% : la comida.

Fotogalería del día de la Iglesia Hispanoamericana 2020

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Celebración eucarística del Día de la Iglesia Hispanoamericana, para la Archidiócesis de Sevilla, en nuestra Parroquia de San José Obrero (San Juan de Aznalfarache), el domingo 1 de marzo de 2020.
Fotos realizadas por César Rojas.

Día de la Iglesia Hispanoamericana, 1 de marzo


Nuestra Parroquia de San José Obrero celebraremos en la Misa de 12:00 h., el domingo día 1 de marzo de 2020, el Día diocesano de la Iglesia Hispanoamericana.

A continuación, tendrá lugar un ágape fraterno en la Casa Hermandad de San José Obrero, en el Barrio Bajo.

Invitamos a todos nuestros feligreses y a los hermanos en la fe hispanoamericanos a este encuentro ante el Señor en una jornada tan especial.