En lo más humano, Dios (Marcos 5,21-43)

En lo más humano, Dios (Marcos 5,21-43), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 27 de junio de 2021. 

Cuando Dios quiso desplegar su poder sobre la historia, para salvar a los hombres de la violencia y el sinsentido que vivimos, envió a nuestra tierra a su propio Hijo hecho hombre como nosotros, que pasó por el mundo como un hombre cualquiera, semejante en todo a nosotros excepto en el pecado.

Esta decisión inaudita e inimaginable de Dios, casi incomprensible para nosotros, nos permite descubrir el poder de Dios en lo más humano: una caricia, un sentimiento de compasión, una broma hecha con ternura, una petición de perdón… En todo lo auténticamente humano, en todo lo verdaderamente humano, está el poder de Dios para despertar la humanidad de quien lo acoge.

Si Dios hubiera querido mostrar su poder desde la imposición y la tiranía, hubiera anulado nuestra libertad y nuestra humanidad. A nadie se le puede obligar a amar; el amor solo lo suscita en nosotros quien nos ama verdaderamente, quien nos ama con paciencia, con alegría, siendo capaz de sufrir por nosotros.

En el evangelio de este domingo, Jesús se nos muestra como transmisor, como dador de vida. Quien se acerca a Jesús se encuentra con una vida que lo conforta y lo consuela, que lo levanta y lo dignifica, que le permite ponerse al servicio, él mismo, de la vida. Una mujer largo tiempo enferma y una adolescente en las puertas de la vida son las testigos del poder divino que tiene la humanidad de Jesús. Una pudo, a escondidas, acariciar su manto; otra escuchó, desde el sueño, la ternura de su voz poderosa.

Cuántas veces, también nosotros, hemos experimentado el poder divino de lo mejor de lo humano, en quien nos permitió que le acariciáramos, en palabras de ternura que nos levantaron.

Cristo de la Misericordia, 23 de junio

 


Así luce la imagen del Cristo de la Misericordia, iluminado por el sol de la mañana, en estas vísperas de San Juan.

Es sólo en estos días, en los que el sol del amanecer, ilumina de lleno y directamente nuestra imagen del Señor.

Comunicado por el WhatsApp parroquial, 23 de junio de 2021.

Oceánico poder (Marcos 4,35-40)

Oceánico poder (Marcos 4,35-40), breve comentario sobre el Evangelio del Domingo 20 de junio de 2021.

Hubo un tiempo en el que el hombre se sentía y se creía, por derecho propio, el centro del universo: una desmesura; bien que aquel universo era pequeño y no abarcaba más que desde la cuenca del Mediterráneo hasta poco más allá de Persia, y una pequeña cúpula estrellada que lo contenía todo. Después la humanidad fue descubriendo nuevos mundos, nuevos horizontes, la inmensidad del firmamento; y el hombre tuvo que reconocer que es un pequeño grano de tierra en un mundo que no es más que una minúscula mota de polvo de todo el universo. Y para que no se nos olvide, cada cierto tiempo, viene un virus y nos hacer ver lo precario de nuestra situación.

Pero una vez que sabemos de nuestra pequeñez y vulnerabilidad, podemos disfrutar de la grandeza y del poder oceánico que se despliega en cada pequeña parte del universo. Un poder que nos habla de la grandeza y la creatividad de Quien lo creó. Al contemplar con los ojos, con los oídos y con la piel la hermosura, a veces terrible, de la creación nos sobrecogemos por la grandeza a la que pertenecemos y en la que somos: en Él vivimos, nos movemos y existimos.

Pero todavía nos admira, nos sorprende y nos sobrecoge más el saber que Quien todo lo creó nos quiere como a sus hijos; que Quien todo lo creó nos envió a su propio Hijo, el cual, muriendo por la ira y nuestra violencia de algunos, y ante la indiferencia de muchos, nos abrió, por amor, el camino de la vida eterna.

Somos una nada pequeña e insignificante que el amor de Dios eleva hasta su pecho para protegerla abrazarla. Ni las pretensiones de tu orgullo, ni el hacerte la víctima cuando vienen momentos duros tienen ningún sentido. Vivir es acoger, entregarse, crear y saberse parte del inmenso poder de Dios.

El poder de lo pequeño (Marcos 4,26-34)

El poder de lo pequeño (Marcos 4,26-34), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 13 de junio de 2021. 

Parece que a Dios le gusta servirse de lo pequeño para hacer sus obras más grandes. La vida de las personas, comienza por ser una pequeña célula, insignificante, impotente, en el vientre de una mujer. Y ese pequeño embrión irá creciendo, desarrollándose hasta dar lugar a una persona con capacidad de ser libre y de amar, de ser amado y de crear. Nos dicen los astrofísicos que el universo también comenzó por una explosión de energía inimaginable que ocupaba un espacio pequeñísimo; y que fue expandiéndose y desarrollándose hasta dar lugar al cielo estrellado que, a nosotros, nos admira en las noches de verano, y a los científicos en cada nuevo descubrimiento que hacen.

A Dios le gusta lo pequeño, lo aparentemente insignificante, para realizar su obra. Por eso le gustas tú.

No son tus virtudes y capacidades lo que más ama el Padre de ti. ¡Claro que también las ama! ¡Si él mismo te las ha regalado! Pero lo que lo enamora es tu pequeñez y tu humildad, la gracia de tu espontaneidad, cuando no pretendes ser nada ante nadie, tu servicio y tu sonrisa transparentes, la belleza de tu interior.

El mundo está lleno se personas que quieren ser grandes, y que se empujan y se desplazan unas a otras. Y, como dice el refrán africano: “Cuando los elefantes se pelean quien sufre es la hierba”. Semilla que se siembra en el surco del mundo, eso hemos de ser. Si es semilla de vid o de trigo, que no crece sino unos centímetros desde el suelo, darás pan y vino; si es semilla de palmera, que despide los últimos rayos de sol, darás dátiles dulces y sabrosos.

No pretendas ser ni más ni menos de lo que eres: un hijo queriendo agradecer a su Padre su bondad, dando los frutos para los que está hecho.


Misa del sábado 12 con la profesión de María, a las 19:30 h.


 Comunicado a través del WhatsApp parroquial del lunes 7:

El sábado día 12 de junio de 2021, tendremos la profesión de una religiosa de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia en nuestra parroquia, todos la conocéis: Maria.

Como ella es eslovaca, vamos a retransmitir la misa de la profesión por el canal de YouTube parroquial (enlace aquí), así sus familiares que no pueden venir, podrán estar unidos a ella en este acontecimiento tan importante para ellos.

Por este acontecimiento, la misa del sábado será a las 19:30, es decir una hora antes del horario actual. Es muy importante que lo tengáis en cuenta y lo comentéis con todas las personas que sabéis que vienen a la eucaristía de los sábados.

MUY IMPORTANTE: el horario de la misa del sábado 12 se adelanta a las 19:30. Nos lo recordamos unos a otros.

Colaboramos con Cáritas, 5 y 6 de junio


Este es el inicio del mensaje que han publicado los obispos de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social con motivo del Día de la Caridad y que Cáritas Diocesana de Sevilla también comparte, para animar a colaborar a todos los feligreses en este primer fin de semana de junio de 2021.

“Conmigo lo hicisteis”. “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40).

En este tiempo de pandemia, con la convicción de que el Señor camina con nosotros, celebramos la Solemnidad del Corpus Christi, el Día de la Caridad, en el que estamos haciendo de las dificultades del momento una gran oportunidad para tocar las llagas de Cristo y descubrir que, detrás de sus heridas, encontramos el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos abriéndonos al misterio de Cristo crucificado y resucitado donde resplandece la gloria de Dios.

Dios no deja jamás de estar a nuestro lado cumpliendo su promesa: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin de los tiempos” (Mt 28, 20). Estos “tiempos recios”, donde se necesitan amigos fuertes de Dios, invitan a recuperar el sentido de nuestra vida sabiéndonos frágiles y necesitados de salvación. Una necesidad que se hace concreta en la vida de cada día, en la projimidad, en la cercanía, en la fraternidad y en la esperanza cristiana que brotan de la Eucaristía.

En estos tiempos singulares en los que se están tomando iniciativas excepcionales para evitar y detener el contagio de un virus trágicamente mortal, todos percibimos cómo se hacen esfuerzos  en muchos lugares de nuestra sociedad para proteger a las personas, a las familias, incluso a las diversas realidades laborales, de los tragicos zarandeos que han herido especialmente a los vulnerables y más empobrecidos, abriendo, así, caminos a la esperanza. En todas esas acciones vamos aprendiendo a hacernos prójimos, hermanos y hermanas. Como discípulos queremos aprender de forma nueva que es a Cristo a quien se lo estamos haciendo, y Él siempre nos responde con su acogida e infinita misericordia.

Estar cerca de los pobres, los más vulnerables, los niños, los enfermos, los discapacitados, los ancianos, los tristes y solos, los agobiados por la pesadumbre de la existencia nos cansa, bien por lo abrumador y desbordante de tantas situaciones, bien por la fragilidad que nos descubren en cada uno, bien porque nos enfrentan a nuestra debilidad. A este respecto encontramos aliento en las palabras de san Manuel González: “En la Eucaristía, está el Corazón incansablemente misericordioso, que a cada quejido de nuestros labios y a cada lágrima de nuestros ojos… responde – ¡estad ciertos! – con un latido de infinita compasión” (Un corazón hecho Eucaristía, n 107).

La Eucaristía nos ofrece el don de poder amasar de forma inseparable la caridad  y la vida de los pobres. ¿Cómo vivir la Eucaristía sin estar cerca de aquellos más hambrientos , de aquellos con quienes Cristo se identifica al tener hambre, sed, estar desnudo, enfermo o en la cárcel? (Mt 25, 31-46). En esta unión descubrimos la esencia de la dignidad humana que cobra sentido al enraizarse en el mismo Jesucristo...

Para leer el texto completo, haga clic aquí.


Haznos buen pan (Marcos 14,12-26)

Haznos buen pan (Marcos 14,12-26), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 6 de junio de 2021, solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

“Hacernos buen pan” es la llamada que, cada vez que tomamos la comunión en la eucaristía, se imprime en nuestro espíritu. Jesús hizo sacramento de su vida entregada, para que nosotros, llenos de su presencia y de su Espíritu, podamos vivir como pan bueno para todos.

Pan bueno como los voluntarios de Cáritas que se ofrecen a los inmigrantes que necesitan ayuda cuando llegan sin respaldo ninguno; o que facilitan a los mayores los trámites por internet con las administraciones públicas, que se ha convertido en otra barrera que aísla a los más pobres.

Pan bueno como las personas de tantas parroquias que buscan la manera de paliar la pobreza alimenticia y afectiva de tantas familias como nos llegan cada semana.

Pan bueno como los jóvenes cristianos que entregando su energía, su creatividad y su tiempo a los niños más desfavorecidos para que tengan la oportunidad de crecer hacia el bien, cuando tanto mal les rodea.

Pan bueno como los miembros de asociaciones vecinales, sociales y políticas que, con mareos de cabeza y sin ánimo de lucro, buscan un mundo más justo, donde crezca el bien común.

Pan bueno como los religiosos y religiosas que, aquí cerca de nosotros o en países lejanos, están siempre al lado de los más pobres para mostrarles su amistad y el rostro misericordioso del Padre.

“Haznos buen pan, Señor, en cada eucaristía en la que comulguemos tu Cuerpo, siempre inmerecidamente; y en cada oración en silencio de comunión que hagamos ante el sagrario”.



Noticias de la parroquia sobre el día del Corpus 2021

6 de junio, Corpus en San Juan.

Comunicado parroquial entorno al Corpus 2021: 

El miércoles 2 de junio comienza el triduo de preparación para el Corpus. Antes de los tres días de triduo (miércoles 2, jueves 3 y viernes 4), tendremos un rato de adoración del Santísimo, comenzando a las 20:00 h. El sábado 5 es la misa de Función Principal, a las 20:30 h., y la Procesión Claustral.

El domingo 6, a las 11:00 h., los niños que han hecho este año su primera comunión tendrán un papel especial en la eucaristía. Y también en la misa de 12:30 h., tendremos un momento de contemplación del Santísimo Sacramento.