Una persona nueva (Mateo 3, 13-17), breve
comentario sobre el Evangelio del domingo 8 de enero de 2023, fiesta del
Bautismo del Señor.
Una persona nueva comienza con amistades y
relaciones nuevas, o con una nueva manera de relacionarnos con las personas de
siempre.
El año nuevo comienza siempre en la
Iglesia con el día del bautismo del Señor, en el que se renueva nuestro propio
bautismo, en el que nos sentimos llamados a morir al viejo orgullo, y a las
violencias y los recelos de siempre y acoger la novedad del amor de Cristo, que
hace nueva todas las cosas. Ser cristiano es tener la posibilidad de vivir
siempre comenzando. Una renovada relación familiar, en la que superemos
enfrentamientos y cancelemos cuentas pendientes. Una nueva forma de
relacionarnos con los amigos, buscando una creatividad mayor y la profundidad
de compartir de verdad la vida. Y, sobre todo, una nueva forma de acoger el
amor que Dios nos tiene.
Cuando Jesús plantea a su amigo Juan
participar de su bautismo y sumergirse en el agua del Jordán, este intenta
disuadirlo. Cuando emerge de aquellas aguas, fecundas y terregosas, el Padre
proclama que es su hijo amado. La intuición de Jesús de ser hermano de todos,
de pecadores y de arrepentidos, de fieles y de injustos, es acogida por el
Padre con profunda alegría: “Este es mi hijo amado, en quien me complazco”.
Que acojamos nuestro bautismo, cada día,
con el afán de renovar la llamada del Padre a que vivamos como verdaderos
discípulos de Jesucristo, el hermano universal.