Oración tras la comunión, domingo 14 de julio de 2024.
Un mandato, Señor, Tú me ordenaste
de cumplir la grande comisión;
una gran encomienda me confiaste:
La labor de la evangelización.
Si yo callara, las piedras hablarían,
a otro llamarías si me negara;
mi talento a otro Tú darías
y en tinieblas eternas yo morara.
¡No callaré! Iré por todo el mundo
el Evangelio glorioso predicando,
no importando el ataque furibundo,
mientras la semilla voy regando.
Un día escucharé la bienvenida,
cuando toda lágrima y dolor habrá pasado;
y llegaré triunfante, llevando las
gavillas
de las almas salvadas que he ganado.