Te helará el corazón (Marcos 10, 17-30), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 10 de octubre de 2021.
El deseo de riquezas y de consumir lo que
el imperio de la publicidad nos dicta acaba por dejar helado nuestro corazón.
Comienza, como toda seducción, mostrándonos las oportunidades y posibilidades
que tiene: móviles de última gama, viajes a tierras lejanas, el prestigio de
ropa y un estilo de vida lujoso…
También es verdad que, en un principio, la
juventud y la vida tienen más peso que todo, pero el ídolo del dinero y del
consumo esperan su momento. Y cuando llega, por dinero se renuncia a los
hermanos, se abandona a los padres, se pierde a los verdaderos amigos, se deja
de engendrar a los hijos que sigan dando sentido a la vida.
Si te queda el dinero, te quedas solo, con
tu perro, un coche, con el que no sabes a casa de quién ir, y una casa que
sientes como una cárcel. Si los vicios o la mala suerte te hicieron perderlo,
no te quedan ni eso. Cuando sustituyes el amor entregado y compartido, generoso
y altruista por la avaricia encubierta del egoísmo, no tardarás en sentirte y
saberte profundamente solo.
No te engañes; tú, y yo, y todos
seremos tentados por convertir del dinero el ídolo a quien sacrificar la vida.