De la luz a la oscuridad (Juan 9, 1-38), breve comentario
sobre el Evangelio del domingo 19 de marzo de 2023, III de Cuaresma, ciclo
litúrgico A.
Educados en una familia cristiana, con sus más y con sus
menos, como todas; alentados a ser compasivos con el que sufre, aunque no todos
diesen ejemplo; sabiendo que tenemos que poner a Dios como lo primero... nos
habíamos acostumbrado a vivir en una situación de luz. Los derechos humanos, la
igualdad de la mujer, la familia como vínculo de amor, la compasión con los
pobres…, han sido valores de nuestra cultura cristiana. Tan connaturales, con
nuestro modo de ver la vida, son que nos parecían inconmovibles.
Pero no es así, estamos volviendo a la oscuridad de
olvidar que el amor solo se vive en familia; de ver a quien no piensa como
nosotros como enemigos; de tener al dios de la guerra en la cúspide de un
Olimpo politeísta en el que vivimos desorientados. Los valores sociales son tan
dispersos, que ya no tienen la capacidad de orientar con sensatez la vida de
niños y adolescentes que, andan, muchas veces, perdidos al pairo de modas que
pueden destruirlos.
En toda situación, quien tiene la capacidad de llevarnos de la oscuridad a la luz es el encuentro personal con Jesucristo. Él, desde nuestro corazón, compartiendo con nosotros, el barro, la realidad que vivimos, abre en nuestra vida el camino de la plenitud del amor. La fe en Jesucristo tiene la fuerza de ir encaminando a los niños y a los jóvenes, a los mayores y a los ancianos, a los matrimonios y a los consagrados por la senda de la alegría sencilla y del amor entregado. Él es la Luz.