“Tuve hambre y me distes de comer…”
En el siglo XXI seguimos con guerras,
explotación, abusos, violencia, desigualdades, hambre… Situaciones calamitosas
que provocan el desplazamiento de personas buscando un futuro mejor para ellos
y sus familias. Esas nuevas situaciones generan vulnerabilidad y los relegan a
situaciones de marginalidad no deseadas; se convierten en carne de cañón para personas
sin piedad, que los explotan con trabajos precarios y mal pagados o incluso no pagándoselos.
Los alojan en infraviviendas, compartiendo habitaciones en casas hacinadas, sin
las más mínimas condiciones de higiene. Pueden llegar a ser hasta víctimas de
trata y explotación sexual.
Son relegados a situaciones de ilegalidad
no deseadas y abandonados a su suerte por las Administraciones, que no los
reconocen como ciudadanos dignos de ayuda.
Ante esas situaciones, Cáritas siempre
está ahí, aportando lo que puede, quitando hambre, pagando deudas y, sobre todo,
acompañando al que sufre. Buscándole recursos y medios con los que intentar
paliar esa situación e intentando crearles unas perspectivas de futuro más halagüeñas.
Damos amor a aquellos que nadie quiere y
dignidad a los que nadie reconoce. Evitamos colas del hambre y su
sobreexposición. Ayudamos desde nuestras parroquias, en silencio y con mucho
cariño, dando como voluntarios lo mejor que tenemos.
Y tú eres parte importante con tu ayuda y
colaboración. Tú, con tu generosidad, nos ayudas a ayudar, a ser lo que somos.
Esta Cuaresma, que te invita a dar limosna
y ayudar al necesitado, no olvides que, a través de Cáritas, tu limosna se
convierte en acto de amor justo y bien entregado.
Hoy es Domingo de Caritas, hoy es el momento de ser generoso con el hermano. Ayúdanos a ayudar. Muchas gracias.