Celebración de San José obrero

 


Comunicado a través del WhatsApp parroquial, con fecha 29 de abril de 2021:

Un saludo a todos. Este próximo sábado, 1 de mayo, celebramos San José obrero, el titular de nuestra parroquia. Tendremos una celebración con todos los grupos que formamos nuestra comunidad parroquial.

Retransmitiremos la misa por el Facebook parroquial, a las 19:30 h. Un abrazo.

Feliz día de San José y de todos los obreros.

El signo de los consagrados (Juan 10, 11-18)

El signo de los consagrados (Juan 10, 11-18): breve comentario de Evangelio del domingo 25 de abril de 2021.

Uno de los signos más elocuentes que da la Iglesia de la resurrección de Jesucristo es la vida de los que se consagran al Reino de Dios y a proclamar el Evangelio. La fe en Jesús comenzó así; unos pocos hombres y mujeres dejaron su vida cotidiana y se dedicaron en cuerpo y alma, a tiempo y corazón completo, a anunciar la resurrección de Cristo, a testimoniar con su vida la Vida Nueva del Señor. Primeros fueron los apóstoles, después vinieron los diáconos, después misioneros itinerantes a los que acompañaban mujeres que los ayudaban. Que una mujer o un hombre joven dejen a un lado sus perspectivas laborales y de formar pareja y su propia familia indica que hay una fuerza grande, una fuerza muy grande que los enamora y los hace vivir consagrados al Señor, siendo testigos de su vida nueva para el mundo.

Los consagrados, sacerdotes o religiosas, tenemos el peligro de ir acomodándonos en nuestra vida, de abandonar el primer amor con que Cristo nos llamó, y vivir de manera mediocre nuestra vocación; malhumorados, aburridos, aburguesados… Dios nos libre de caer en el pecado de la tibieza, que quita toda fuerza evangelizadora a nuestras vidas y deja nuestro corazón helado.

Los consagrados estamos llamados a ser en la Iglesia imagen del buen pastor, pacientes y comprensivos, buscando el mejor camino para las personas y la comunidad a las que servimos; arrojados y valientes para combatir las amenazas y los peligros que vienen a la fe desde fuera y desde dentro; cuidando con especial esmero a los más pobres y a los que más sufren.

Sigue llamando, Señor, a hombres y mujeres jóvenes que sean signos de que estás vivo y atento a nosotros, cuidándonos como buen pastor de tu pueblo.

Suscríbete al YouTube parroquial

Comunicado a través del WhatsApp parroquial, 22 de abril de 2021:

Un saludo a todos. Vamos a intentar potenciar el canal de YouTube de la parroquia que, durante la pandemia, nos está siendo útil y si te suscribes a nuestro canal, podrás ver con facilidad lo que emitamos. Necesitamos 1000 suscripciones (que son gratuitas), para emitir en directo al mundo la Profesión de María, de las terciarias capuchinas de la parroquia. El siguiente enlace te lleva al canal y sólo tienes que hacer clic en “suscribirme” (tras haber iniciado la sesión en tu cuenta de Gmail). 

https://www.youtube.com/channel/UC7gxpCcXZG9jSgKWlleg0Zg

Gracias, será un servicio a todas las personas de la parroquia. Un abrazo.

Foto de la Profesión perpetua de la hermana Manolita, también terciaria capuchina, en octubre de 2019, en nuestro templo parroquial:

Función Solemne Extraordinaria, 18 de abril

La Hermandad de los Ángeles celebra Función Solemne Extraordinaria, este domingo 18 de abril de 2021, en Honor y Gloria de la imagen de su Sagrado Titular el Santísimo Cristo de la Misericordia, con motivo del L aniversario de su talla.

Tendrá lugar a las 12:30 h., con la predicación a cargo de su Director Espiritual y nuestro Párroco, el Rvdo. Sr. D. José Joaquín Castellón Martín.

Signos de resurrección (Lucas 24, 35-48)

Signos de resurrección (Lucas 24, 35-48): breve comentario sobre el Evangelio del domingo 18 de abril de 2021. 

La resurrección de Jesús de Nazaret no es sólo una verdad de fe, es la verdad que da sentido a toda la fe cristiana. Jesús resucitado es fuente de vida para todo el que cree en Él. Si Cristo no hubiera resucitado, no sería verdad que el amor es más fuerte que el odio; no habría esperanza para que tanta injusticia sufrida por los más pobres se viera un día resarcida. Muchos nombres se nos vienen a la cabeza, que encomendamos a Cristo Resucitado.

De esta verdad frontal de nuestra fe, como no puede ser de otra manera, no hay evidencias. La Resurrección ha de ser creída; nuestro corazón ha de abrirse en confianza creyente a la bondad y al poder de Dios. Pero si no hay evidencias, sí hay signos de resurrección.

Uno de ellos es la paz y la alegría que los creyentes vivimos de manera cotidiana y en momentos difíciles. “Se nota que cree usted en Dios. Los que tienen fe viven con más alegría”, me dijo para mi sorpresa, no hace muchos años en el extranjero, una profesora mayor. “Paz a vosotros”, son las primeras palabras que dice el Resucitado mostrando sus llagas.

Otro es el dinamismo de generosidad y de necesidad de compartir que viven los creyentes. De la serenidad de la contemplación de Cristo han surgido innumerables iniciativas en favor de los enfermos y los migrantes, de los pobres y los marginados, de los desvalidos y de los que no cuentan para el mundo. Cáritas es una muestra de este dinamismo de resurrección. El tercer signo de resurrección es el impulso misionero que hace que cada creyente se convierte en un apóstol, que sólo encuentra su lugar en el mundo cuando es testigo de la vida que Cristo nos regala.

No lo olvides, tu vida también ha de ser signo de resurrección.

Renovación de promesas bautismales


Haga clic sobre la fotografía (o aquí), para ver la fotogalería de la misa del domingo 11 de abril de 2021, con la renovación de las promesas bautismales de los niños de Primera Comunión.

Fotos realizadas por César Rojas.

Fotogalería del Vía Lucis 2021

Haga clic sobre la foto (o aquí), para acceder a la fotogalería sobre la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su Sagrada Resurrección, en el espacio que la Hermandad Sacramental de San José Obrero preparó para su veneración durante la Octava de Pascua, en nuestra Parroquia de San José Obrero, en abril de 2021. Además, también puede encontrar a los lectores del Vía Lucis de día 10 de abril.

Las fotos han sido realizadas por César Rojas.

Cultos de la Hdad. de San José Obrero, abril de 2021

La Hermandad Sacramental de San José Obrero celebra Solemnes Cultos, en honor y gloria de su Sagrado Titular: Nuestro Padre Jesús de la Victoria en su Sagrada Resurrección, el domingo día 11 de abril, a las 12:30 h., en la Función Solemne, oficiada por el Párroco de San José Obrero y Director Espiritual de la Hermandad, el Rvdo. Sr. D. José Joaquín Castellón Martín.

Previamente, el sábado 10, tendrá lugar el rezo del Vía Lucis, a la conclusión de la Santa Misa de 19:30 h.

Fuente: Hermandad Sacramental de San José Obrero, en Facebook.

La sorpresa del misterio (Juan 20,19-31)

La sorpresa del misterio (Juan 20,19-31), breve comentario del Evangelio del Domingo de la Divina Misericordia, 11 de abril de 2021. 

Sin sorpresa y sin misterio, la vida acaba por ser una anodina sucesión de horas y días que se resumen en un “siempre lo mismo, siempre lo mismo”. La mentalidad utilitarista y objetivadora de nuestra cultura tecnológica nos empuja a vivir en la superficie de lo material; y cercena, muchas veces, nuestro encuentro con el misterio y los milagros de la vida, tan cotidianos, tan luminosos.

Las religiones reservaban la palabra “misterio” para acontecimientos únicos, en los que personas privilegiadas se encontraban cara a cara con el poder sobrecogedor de la divinidad… Pero con Jesucristo todo cambia. El acontecimiento más misterioso e iluminador de la historia es un Niño que nace en un pesebre, un Justo que muere en una cruz, la alegría de la vida fraterna que viene del Hijo de Dios. Con Jesucristo, nos encontramos con el misterio a cada paso en nuestra vida: todo lo verdaderamente humano nos habla de Dios, y solo en Dios comprendemos la medida de nuestra propia humanidad.

La amistad, la familia, el amor de pareja, la armonía con la naturaleza, la lucha por la justicia, la solidaridad con los más pobres…, todo encuentra su verdadera profundidad en Jesucristo. Ninguna llaga de nuestra vida, ni los traumas de nuestra alma, ni las enfermedades de nuestro cuerpo, ni la soledad en la que a veces vivimos nos alejan de Él; al contrario, en Él encuentran sentido y sanación. Toda la alegría que experimentamos en Él se convierte en experiencia de la profundidad del misterio de amor que Dios mismo es.

No dejes de dejarte sorprender por la presencia de Cristo vivo y cercano en tu vida. No dejes de vivir en la sorpresa del Misterio del Amor que se hace cotidiano.

En la plaza pública (Juan 20,1-9)

En la plaza pública (Juan 20,1-9): breve comentario sobre el Evangelio del Domingo de Resurrección, 4 de abril de 2021. 

Como testigos en la plaza pública, ese fue el comienzo de nuestra iglesia. Con la muerte de Jesucristo, todo pareció acabarse; pero sólo fue el principio del comienzo. No imaginaban los propios apóstoles la impresión tan honda y profunda que iba a dejar en ellos el inmenso amor con el que Jesús se entregaba en la cruz. Juan y María estaban a los pies de la cruz, y Pedro, seguramente un poco más lejos, siguiéndolo entre la valentía y la negación.

La semilla de la sangre de Cristo, que había caído en tierra, iba a dar fruto pronto. Al tercer día, experimentaron a su Señor resucitado, y a los cincuenta el Espíritu los hizo capaces de salir a la plaza pública a anunciar la vida y la muerte de Jesús como redención y salvación para todo el que crea en Él.

También hoy necesitamos testigos que narren el amor de Cristo y que anuncien su resurrección. Si crees en Él, no puedes conformarte con menos.

No te conformes con pedir más justicia –así, con la minúscula de lo concreto-; porque esto siempre acaba en conformismo posibilista o en imposible utopía. Lo que a ti y a mí nos salva, lo que nos impulsa constantemente a intentar vivir con la actitud del buen samaritano es la llamada de Cristo, el crucificado resucitado, que nos pide que volvamos a la Galilea de la ternura con los enfermos y los marginados, de la buena noticia para los pobres, la de las esperanzas para todo el pueblo.

La resurrección de Cristo es, a la vez, la utopía de las utopías, en la que el mal comienza a ser arrancado de raíz de toda la historia; y experiencia personal y presente de que en Cristo hemos encontrado la Vida que anhelaba nuestra existencia.  No te conformes con menos que ser su testigo.