Lo que lleva a la paz (Lucas 2, 16-21),
breve comentario sobre el Evangelio del domingo 1 de enero de 2023, solemnidad
de Santa María, Madre de Dios.
El día 1 de enero celebramos la principal
fiesta de la Iglesia para celebrar la memoria de la Virgen María: su maternidad
divina, María Madre de Dios; también celebramos la jornada mundial de la paz
con el deseo de que la paz llegue a todo el mundo. No valoramos lo que significa
la paz sino cuando vemos las consecuencias de la guerra: ancianos viviendo
entre escombros y pasando frío, familias desplazadas de su tierra y de su vida,
hombres jóvenes muriendo en trincheras encharcadas de barro, niños con miedo: hambre,
frío, violencia, torturas, miedo y muerte.
Pero la guerra nace mucho antes que el
estallido de la primera bomba. La guerra comienza en el corazón de las
personas, y tiene forma de orgullo, de soberbia, de ira. La guerra va creciendo
en los discursos de odio, en la criminalización del contrario, en su conversión
en un títere sin alma en quien desahogar nuestras frustraciones. La guerra va
tomando forma con la manipulación de las instituciones cuando un gobernante
comienza a poner todos los poderes, y contrapoderes, de un estado bajo su única
voluntad. Las guerras grandes y las pequeñas, las de nuestra casa, tienen el
mismo origen: orgullo y victimismo.
La vacuna para estos virus está en guardar en nuestro corazón, como la Virgen, todos los gestos de bondad que las personas tienen con nosotros y la misericordia que Dios Padre nos ha mostrado regalándonos la dignidad de ser sus hijos.