Horario de misas Todos los Santos y Difuntos 2021


Horario de misas en nuestra Parroquia de San José Obrero, para los días de Todos los Santos y los Difuntos, en noviembre de 2021:

El lunes, día 1, a las 11:00 y 19:30 h.

El martes, día 2, a las 11:00 y 19:30 h.

Charla formativa comunitaria, 4 de noviembre

En nuestra Parroquia de San José Obrero, el jueves, día 4 de noviembre de 2021, a las 20:00 h., (tras la misa de 19:30 h.), tenemos la charla formativa comunitaria: "Ser hombre y ser padre en la sociedad de hoy", a cargo de miembros del Movimiento Cultural Cristiano, en este Año de la Familia.

Invitamos a asistir a este evento a nuestros parroquianos, feligreses y vecinos, en un tema tan vital para formarnos, reflexionar y profundizar como es la familia.

¿El amor puede ser un mandamiento? (Marcos 12, 28-34)

¿El amor puede ser un mandamiento? (Marcos 12, 28-34), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 31 de octubre de 2021. 

Uno puede hacer el bien a una persona por amor, o puede hacer ese mismo bien porque se lo mande alguien que tiene poder. Pero parece que amor y mandamiento son instancias tan distintas que es imposible que se pueda mandar amar. Y, sin embargo, el mandamiento principal de la Primera Alianza es: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.”

Entonces, ¿puede alguien mandar amar?

Sí. Un padre o una madre puede decirle a un hijo suyo: “Tienes que querer a tu hermano, porque a los hermanos se les quiere y se les ayuda siempre”.

Quien nos ha dado el ser, quien nos ha atendido con cariño y esmero, quien con sus cuidados y sus palabras nos ha hecho conscientes de que somos seres dignos de ser cuidados y escuchados, quien ha entregado toda su vida por nosotros, sí puede decirnos: tienes que amar a tu hermano. También un hermano puede decirle a otro hermano: “Tu madre necesita ahora de nosotros; necesita que le mostremos el amor que le tenemos”.

El amor en nuestra vida es algo más profundo e importante que un sentimiento pasajero. Es lo que nos hace ser personas. El sentido de toda nuestra vida es ir entregando el amor que recibimos. El mandamiento del amor es mandamiento de vida, de vida eterna.

Domund 2021


Este domingo 24 de octubre de 2021, con el lema: “CUENTA lo que has VISTO Y OÍDO”, nos llega la invitación a ser partícipes de las misiones que, en el nombre de Jesucristo y a través de personas entregadas al servicio a los demás, la Iglesia está presente en lugares apartados y desfavorecidos.

Jóvenes como Ana, Javier, Leire, Gloria o Toni ya han comenzado a experimentar la alegría que se siente llevando el amor de Dios al mundo. 

https://domund.es/

En este día del #Domund, rezamos por todos los misioneros que van a tierras lejanas, para hacer suyas las llagas de los pobres y compartir con ellos la inmensa riqueza de la cercanía con Jesucristo.

“¿Qué quieres que haga por ti?” (Marcos 10, 46-52)

“¿Qué quieres que haga por ti?” (Marcos 10, 46-52), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 24 de octubre de 2021. 

Al salir de Jericó un ciego, que estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna, le grita: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!

Años llevaba sin ver la esperanza en su vida: “voy como un ciego que ve”, que dice la copla. La rutina de todos los días le llevaba a seguir mendigando un poco de aprobación y de cariño; a veces la pedía a gritos de malhumor, de explosiones de rabia; otras veces, en vez de pedir, callaba carcomido por la envidia, mirando a los que con apariencia de felicidad caminaban delante de él. Vivía mirando la vida pasar, sin tener sensación de vivirla: otros gozaban, otros triunfaban, a otros los amaban.

Pero un día pasaba por la puerta de una iglesia, y la vio abierta, y sintió que lo llamaban, y entró. Estaba sola; solos él y el Señor; nadie delante de quien disimular una fortaleza impostada, nadie delante de quien negar el dolor sordo y bronco que siempre sentía. Fue un instante breve, pero fue suficiente. La coraza que lo revestía se cayó; se supo desnudo, pero no sintió vergüenza, y unas ardientes lágrimas asomaron a sus ojos.

Supo que tenía que cambiar muchas cosas en su vida; supo que había hecho daño a muchos. Supo que Alguien lo amaba, incondicional, infinitamente. “¿Qué quieres que haga por ti?” –le dijo, por fin, él al Señor.

Propuesta de grupos parroquiales de reflexión para el sínodo

Mensaje a través del WhatsApp parroquial, 18 de octubre de 2021:

Un saludo a todos.

El domingo 17, en el inicio del sínodo sobre la participación en la iglesia, el arzobispo don José Ángel nos invitaba a tener en cada parroquia algunos grupos de reflexión comunitaria.

Creo que, en nuestra parroquia, podríamos tener tres grupos:

+Uno, el martes, de 8 a 9 de la tarde.

+Otro, el viernes, de 8 a 9, especialmente pensado para padres y madres con niños, ya que al día siguiente no hay colegio.

+Y otro, el domingo por la tarde, que es un horario que puede venir bien a muchos migrantes que sois miembros de nuestra comunidad.

Esta propuesta de nuestro párroco es para ir sondeando posibilidades; para hacer la propuesta en firme, los feligreses interesados se lo pueden ir comentando directamente.

El arzobispo nos dio un saludo muy cariñoso para todos vosotros, y nos lo transmite.

Qué es sinodalidad (Marcos 10, 35-45)

Qué es sinodalidad (Marcos 10, 35-45): breve comentario sobre el Evangelio del domingo 17 de octubre de 2021. 

Vamos a escuchar mucho esta palabra a partir de ahora en ambientes de iglesia. El papa Francisco ha convocado un sínodo y quiere que todos los cristianos participemos en él, así que en muchas parroquias y en diversos grupos de la iglesia tendremos que repensar cómo ser una iglesia más sinodal.

“Sínodo” significa literalmente caminar en común; y hace referencia a la necesidad de que en todos los grupos de la iglesia y en la Iglesia en general caminemos teniendo en cuenta la experiencia de fe de todos, los problemas y las inquietudes de todos. Todos somos iglesia y todos tenemos que tomar parte en los procesos de reflexión, en las tomas de decisión de la iglesia y su realización.

Sinodalidad se opone al clericalismo que descarga en las espaldas del sacerdote la responsabilidad de la evangelización y de la parroquia; se opone a una manera de llevar la comunidad cristiana, por parte del sacerdote, que podríamos calificar, por decirlo llanamente, “de ordeno y mando”.

En la comunidad cristiana el único que tiene primacía es Jesucristo, que se nos entrega en la eucaristía y en la escucha atenta de su Palabra, a través de la tradición y la sucesión apostólica. Todos, cada uno desde nuestro ministerio y vocación, desde nuestras circunstancias y experiencias de vida podemos ir sacando a la luz la riqueza de la experiencia de fe que nos une.

Te helará el corazón (Marcos 10, 17-30)

Te helará el corazón (Marcos 10, 17-30), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 10 de octubre de 2021. 

El deseo de riquezas y de consumir lo que el imperio de la publicidad nos dicta acaba por dejar helado nuestro corazón. Comienza, como toda seducción, mostrándonos las oportunidades y posibilidades que tiene: móviles de última gama, viajes a tierras lejanas, el prestigio de ropa y un estilo de vida lujoso…

También es verdad que, en un principio, la juventud y la vida tienen más peso que todo, pero el ídolo del dinero y del consumo esperan su momento. Y cuando llega, por dinero se renuncia a los hermanos, se abandona a los padres, se pierde a los verdaderos amigos, se deja de engendrar a los hijos que sigan dando sentido a la vida.

Si te queda el dinero, te quedas solo, con tu perro, un coche, con el que no sabes a casa de quién ir, y una casa que sientes como una cárcel. Si los vicios o la mala suerte te hicieron perderlo, no te quedan ni eso. Cuando sustituyes el amor entregado y compartido, generoso y altruista por la avaricia encubierta del egoísmo, no tardarás en sentirte y saberte profundamente solo.

No te engañes; tú, y yo, y todos seremos tentados por convertir del dinero el ídolo a quien sacrificar la vida.

Domingo de Cáritas de octubre de 2021

Con la alegría de nuestra fe, este domingo, 3 de octubre de 2021, nos disponemos a participar en la Mesa del Pan y la Palabra. Ponemos parte de nuestras intenciones en este nuevo «domingo de Cáritas», que una vez más nos llama a abrir el corazón con generosidad a los más pobres y vulnerables de la sociedad. Que la Eucaristía y la oración nos ayuden en esta misión personal y comunitaria.

Sabemos que el trabajo de Cáritas y el compromiso de nuestra comunidad, en favor de las personas necesitadas, no pueden reducirse a una colecta mensual, sino ser un testimonio permanente de fraternidad. Sin embargo, la aportación material de cada uno de nosotros, además de ser necesaria, es una forma concreta y práctica de traducirlo en actos. Por eso, seamos especialmente generosos en la colecta de este fin de semana que, como cada primer domingo de mes, será destinada a apoyar la labor de nuestra Cáritas.

Texto del guión litúrgico de Cáritas Diocesana de Sevilla para el XXVII domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B.

No es un mero acuerdo (Marcos 10,2-12)

No es un mero acuerdo (Marcos 10,2-12): breve comentario sobre el Evangelio del domingo 3 de octubre de 2021. 

Comunión y procreación son los dos grandes dones que Dios quiso dar a la unión de amor entre un hombre y una mujer, al matrimonio.

Comunión íntima, en pie de igualdad, mutuamente sometida y entregada; en la que la mujer hace hombre a su marido, y el hombre hace mujer a su esposa. Una comunión de amor que, al ser don de Dios, tiene siempre vocación de eternidad. Ni acuerdo de intereses, ni derecho a reivindicar: el matrimonio es un don.

Procreación, que no mera reproducción, porque el hombre y la mujer al concebir un hijo se abren al misterio de la Creación del mismo Dios. Un misterio que los desborda, y que los compromete de por vida a una entrega de servicio gratuito y sacrificado, en la que encuentran un sentido antes inimaginable.

Que el matrimonio sea un contrato entre iguales, es sólo una pequeñísima parte del misterio de amor que refleja el amor mismo de Dios. La paternidad y la maternidad son continua sorpresa que se acoge en la entrega a quien, en cuanto puede, se va de nuestras manos para vivir, él mismo, el don que Dios le da.

¡Qué hermoso y difícil es el camino de este don!