Amor
o nada (Mt 22, 34-40), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 29 de
octubre de 2023, XXX del Tiempo Ordinario, ciclo litúrgico A.
¿Qué
te ofrece quién te dice: “Te quiero”? ¿Qué acoges cuando ese sentimiento es
mutuo y su declaración de amor te llega al alma?
En
principio, nada. Ninguna cosa nos da el amor, ni bienes materiales, ni
prestigio, ni siquiera placer. Si buscamos el amor por cualquiera de esas
cosas, no sería amor. Y, sin embargo, cuando nos sentimos amados se nos ofrece
“un mundo”, la experiencia de vivir en plenitud, de ser más que nosotros
mismos, un rincón vital en el que estar con quien amamos, habiendo perdido todo
lo demás su importancia. Así lo viven los enamorados, así lo vive la madre que
amamanta a su hijo, así lo vive quien reza, así lo vive quien mira a los ojos
al que sufre. El mandamiento “amarás al Señor con todo el corazón y al prójimo
como a ti mismo” contiene la Ley entera y los profetas. Todo está dicho en él:
lejos de la impiedad y la mentira, lejos de la marginación y la injusticia,
toda bondad verdadera mana de esa fuente.
Pero
para que no nos engañáramos y viviéramos una versión románticamente edulcorada
del amor, el Señor nos dio el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros como yo os
he amado”. En el amor de Cristo podremos vivir, incluso nuestras luchas, con la
alegría del Espíritu Santo. El Espíritu nos permite vivir en el amor toda
dificultad, toda circunstancia, y decir: “Yo te amo, Señor, Tú eres mi
fortaleza.