Agradecimiento al voluntariado de Cáritas



Queridas voluntarias y voluntarios:

Con motivo del Día Internacional del Voluntariado (5 de diciembre), deseo compartiros una reflexión y, sobre todo, agradecer vuestro servicio a los últimos de la sociedad.

El voluntariado, vocación que encarna la compasión.
Las personas voluntarias sois, como le gusta decir al Papa Francisco, artesanos de misericordia que, con vuestras manos, con vuestros ojos, con vuestra escucha y cercanía, manifestáis uno de los deseos más hermosos del corazón del ser humano: hacer que una persona que sufre se sienta amada. Vuestro servicio voluntario, que arranca del seguimiento de Cristo, es una vocación personal de participación social, de servicio gratuito y de compromiso sostenido por la transformación de la sociedad. Ahora bien, lo que distingue este compromiso del resto del voluntariado social, no está en lo que hacéis, sino en las motivaciones, en los estímulos que vienen de la fe, en el estilo, en el talante, que es el de Jesucristo. En definitiva, vuestro voluntariado social es un modo, no el único, pero sí uno de los más privilegiados, de vivir nuestra condición de cristianos en el mundo, asumiendo una ciudadanía responsable como discípulos de Jesús.

El voluntariado en Cáritas
Las personas voluntarias en Cáritas se caracterizan por:
- Ser personas comprometidas que, animadas y motivadas por su fe, creen posible un cambio hacia una sociedad más humana y justa. Este compromiso es un modo de ser, una forma de vivir, de relacionarse, que impregna todas las facetas de su vida.
- Vivir este compromiso social en y desde la comunidad cristiana, sintiéndose enviados para “callejear la fe” donde habita el sufrimiento. No se trata de un privilegio, sino de un deber que brota de la misma fe e invita a sembrar signos tangibles de esperanza.
- Dejarse afectar por el sufrimiento del prójimo y poner su corazón en las manos para dignificar a los descartados de nuestra sociedad. Su papel es el de acompañar, nunca suplir, para que cada uno sea artífice de su propia historia y desarrollo.
- Tener claro que no sólo dan y comparten, sino que también reciben de las personas empobrecidas, estableciéndose así una relación de reciprocidad, un espacio de humanidad y encuentro, con el fin de testimoniar una nueva fraternidad.
- Estar abiertos a todas las personas, sean de donde sean y vengan de donde vengan. Su servicio tiene un carácter universal, sin fronteras, viviendo un cosmopolitismo samaritano.
- Trabajar por el bien común, buscando crear las mejores condiciones para que todos podamos vivir dignamente, luchando contra los mecanismos que generan pobreza y exclusión.
- Colaborar en la creación de redes comunitarias de solidaridad, de propuestas y protestas, trabajando en equipo y colaborando con otros, grupos o instituciones, con el fin de generar una cultura del encuentro.
- Creer que el planeta y todos sus recursos han sido encomendados a toda la humanidad y para todos; así buscan actuar de forma responsable para con el medio ambiente, como verdaderos custodios de la casa común.
- Cuidar la formación y cultivar una espiritualidad que anime y sostenga su servicio: Necesita fundamentar su ser y su quehacer.

Reconocimiento de la generosidad
En Cáritas reconocemos y agradecemos vuestro servicio a los más vulnerables. También damos mucho valor y agradecemos la participación de aquellas personas voluntarias de otras religiones y no creyentes, pero de gran corazón que confían en Cáritas para prestar sus servicios. El mundo tiene necesidad de personas capaces de contrarrestar con su vida el individualismo y la indiferencia.

Retos de la acción voluntaria.
Ante los riesgos sociales que generan pobreza y exclusión, los retos de la acción voluntaria pasan por las cuatro “C” de Cáritas:
- Ciudadanía responsable y participada como compromiso por el bien común frente a una democracia vacía de contenido ético y redistributivo y la desafección por la política.
- Comunidad y comunión, frente a la desvinculación social, fruto del individualismo posmoderno.
- Compasión, que se traduce en un compromiso por acompañar a los más vulnerables y por el cambio social, que ayude a superar la desigualdad y la exclusión social.
- Cuidados, como responsabilidad compartida, ante los cambios demográficos, que dificultan el cuidado de los más pequeños, los mayores y dependientes.
 
¡¡Felicidades y gracias en el Día Internacional del Voluntariado!!

Vicente Martín Muñoz
Delegado Episcopal de Cáritas Española.