En la Misa en Santa Marta, Francisco ha
explicado cómo confesar en ausencia de un sacerdote: «Haces lo que dice el
Catecismo. Si no encuentras un sacerdote para confesar, habla con Dios y pídele
perdón con todo el corazón. Y prométele: «Más tarde confesaré, pero perdóname
ahora». E inmediatamente volverás a la gracia de Dios». Además, el Papa ha
dirigido su oración por el personal sanitario que está trabajando para ayudar a
los pacientes con coronavirus, en particular en Bérgamo, Treviglio, Brescia y
Cremona, y por las autoridades.
«La Cuaresma siempre se enfoca en la
conversión del corazón que, en el hábito cristiano, toma forma en el sacramento
de la Confesión». Es hora de «dejar que Dios nos blanquee, que Dios nos
purifique, que Dios nos abrace», aseguró Francisco en la Misa que celebra cada
mañana en Santa Marta.
«Sé que muchos de ustedes, para Pascua,
van a confesarse para encontrarse con Dios. Pero muchos me dirán hoy: “Pero
padre, ¿dónde puedo encontrar un sacerdote, un confesor, sin salir de casa? Y quiero
hacer las paces con el Señor, quiero que me abrace»», aseguró el Papa a los
miles de espectadores que siguen la celebración en streaming.
«¿Qué puedo hacer si no encuentro
sacerdotes?», se preguntó. «Haces lo que dice el Catecismo. Si no encuentras un
sacerdote para confesar, habla con Dios, él es tu Padre, y pídele perdón con
todo el corazón, con el acto de dolor. Y prométele: «Más tarde confesaré, pero
perdóname ahora». E inmediatamente volverás a la gracia de Dios. Tú mismo
puedes acercarte, como nos enseña el Catecismo, al perdón de Dios sin tener un
sacerdote a mano. Piénsalo: ¡es hora! Y este es el momento correcto. Un acto de
dolor bien hecho, y así nuestra alma se volverá blanca como la nieve».
Francisco terminó la celebración invitando
a hacer la comunión espiritual y recordó un mensaje recibido de un sacerdote de
Bérgamo pidiendo orar por los médicos de allí, y de Treviglio, Brescia y
Cremona, «que están dando sus propias vidas para ayudar a los enfermos, para
salvar las vidas de los demás». Francisco pidió por las autoridades, «que
muchas veces sufren malentendidos. Médicos, personal del hospital, voluntarios
de salud o autoridades, en este momento son columnas que nos ayudan a avanzar y
defendernos en esta crisis. Oremos por ellos».
Fuente:
Artículos del Catecismo de la Iglesia
Católica a los que hace referencia el Papa Francisco:
1484 «La confesión individual e
íntegra y la absolución continúan siendo el único modo ordinario para que los
fieles se reconcilien con Dios y la Iglesia, a no ser que una
imposibilidad física o moral excuse de este modo de confesión» (Ritual de
la Penitencia, Prenotandos 31). Y esto se establece así por razones profundas.
Cristo actúa en cada uno de los sacramentos. Se dirige personalmente a cada uno
de los pecadores: «Hijo, tus pecados están perdonados» (Mc 2,5); es el médico
que se inclina sobre cada uno de los enfermos que tienen necesidad de él (cf Mc
2,17) para curarlos; los restaura y los devuelve a la comunión fraterna. Por
tanto, la confesión personal es la forma más significativa de la reconciliación
con Dios y con la Iglesia”.
1451 Entre los actos del penitente,
la contrición aparece en primer lugar. Es «un dolor del alma y una detestación
del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar» (Concilio de
Trento: DS 1676).
1452 Cuando brota del amor de Dios
amado sobre todas las cosas, la contrición se llama» contrición perfecta» (contrición
de caridad). Semejante contrición perdona las faltas veniales; obtiene también
el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme resolución de
recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de
Trento: DS 1677)».