Parábolas como espadas (Mt 21, 33-43)

 

Parábolas como espadas (Mt 21, 33-43), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 8 de octubre de 2023, XXVII del Tiempo Ordinario, ciclo litúrgico A.

Jesús gustaba de hablar en parábolas. Así les hablaba a los campesinos de Galilea, y los invitaba a pensar y a trascender lo inmediato, y a poner su corazón en el tesoro de la fraternidad y de la confianza en el Padre. Pero también usa parábolas para hablar a los dirigentes de Jerusalén. Estas parábolas también son una invitación a que pensaran en su propia vida y a que se convirtieran; les plantean a los poderosos la renuncia a su egoísmo y su hipocresía, a su violencia y al desprecio con el que trataban a los sencillos; les exigen que den frutos de fe verdadera y de justicia. Pero no los dieron. Como decía el profeta Miqueas: “Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos”. Tanto fue así que lo mataron en la cruz. Eran parábolas como espadas.

También nosotros somos interpelados por estas parábolas “fuertes” de Jesús. También nosotros somos el pueblo que está llamado a dar frutos de fe y de justicia, y no siempre los damos. En vez de fe, vivimos devociones que se ligan a nuestros deseos y sentimientos, más que a la voluntad de Dios. En vez de justicia, vivimos gestos de asistencialismo que tranquilizan nuestra conciencia, pero que no construyen un mundo más humano y fraterno.

Una Iglesia centrada en devociones y sentimientos, que no se preocupa de los pobres, ni tiene fuerza misionera, que no predica la cruz de Cristo, sino que solo se queda con sus milagros... ¿es la Iglesia que Dios quiere?