El verdadero conocimiento (Juan 16, 12-15), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 12 de junio de 2022, domingo de la Santa Trinidad.
Se acerca a nosotros una persona y vemos
su estatura, su porte, su aspecto físico; hablamos con ella de alguna cosa y
nos separamos. No podemos decir que la conocemos. En posteriores encuentros
descubro sus capacidades, las habilidades que tiene, sus limitaciones. Me doy
cuenta de que me puede ayudar a resolver tal o cual problema que tengo. Que
manteniendo relación con ella tendré tal o cual beneficio. No puedo decir aún
que la conozco.
Se llama Juan y ya me ha contado algo de
su familia y de su historia, de cómo llegó hasta aquí y de sus planes de
futuro. No puedo decir todavía que la conozco.
Soy yo, en un momento, quien se sincera
con él. Le comento un asunto personal que me preocupa; él comparte conmigo esa
preocupación, lo noto. Sin darme cuenta he empezado a confiar en él. Ahora sí
estoy en camino de conocerlo. Compartiremos tareas y momentos de descanso;
algún día pasearemos juntos un rato; ya comprendo que es alguien único, una
persona, para la que Dios tiene su proyecto y su misión, y que, como yo mismo,
unas veces a acepta y otras no. Así en el camino nos conocemos.
Con el Señor pasa igual; solo cuando nos
dejamos acompañar por Él, en el camino de la vida, Le vamos conociendo. Lo
demás son conceptos que, si no se viven, esconden más que revelan.