«El agente de la caridad de ser consciente
de este misterio: su acción, su palabra, su testimonio, su gesto, es Palabra de
Dios que está hablando al mundo. Vuelca la Palabra recibida en acción, predica
prescindiendo de las palabras, y esto quizás exige mayor riesgo en
comportamiento. Quien actúa en el ámbito de la caridad no debe tener pudor de
atribuirse a sí mismo esa capacidad de predicar a Jesucristo por medio de su
actividad, puesto esto dota a la acción caritativa de otra dimensión. Quien practica
la caridad está predicando y testimoniando ya a Jesucristo. El agente de la
caridad es mediación, y esto lo perciben quienes lo ven.
El
agente de la caridad teje un espacio de encuentro, de ternura, donde lo que se
juzga son los actos, más que las palabras, La entrega
gratuita, al servicio del otro, se convierte en testimonio del amor de Dios por
nosotros. Dios actúa a través nuestro. Quien practica la caridad se convierte
en el amor de Dios en acción, pues el amor de Dios por su creación, por su criatura,
ha de ponerse en acto...
El servicio de la caridad lleva en
ocasiones a situaciones de desánimo, de pérdida del sentido, de dolor o
desesperanza. Hoy se habla con frecuencia del desgaste de los cuidadores, del
cansancio y agotamiento que lleva a veces a la renuncia. Recurrir a la
Escritura deviene fundamental en los momentos más duros; aquellos en los que el
agente de la caridad tiene que enfrentarse a los sentimientos de angustia y de
desconfianza que inevitablemente provocan en ocasiones la experiencia de
escasez, de dolor y de fracaso. Volviendo a la Escritura, uno se encuentra con
ese amor primero, ese amor gratuito, inconmensurable, de Dios, que nos ama
inagotablemente a todos y cada uno de nosotros y, desde ahí, descansa. El
agente de la caridad podrá transformar así el desasosiego en esperanza. Esta
esperanza se apoya, en efecto, en la confianza en que Cristo se halla vivo y
presente en realidades trágicas a que nos enfrentamos. El agente de la caridad no desespera, pues confía en las palabras de
Jesús: el reino de Dios está cerca.