De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad.
Por eso la Iglesia se vuelca con los más necesitados, de forma privilegiada a través de Cáritas, en la que hombres y mujeres, enviados por nuestra comunidad, trabajan para paliar el dolor y la injusticia que sufren tantos hermanos empobrecidos. Que esta Eucaristía nos ayude crecer en misericordia y solidaridad.
Todos estamos llamados a optar de manera
preferente por los pobres y a comprometernos en favor de la justicia, pues el
ejercicio de la caridad en nuestras comunidades cristianas es tarea de toda la
Archidiócesis, de toda la parroquia, también de los grupos de liturgia o catequesis,
de los movimientos, de los grupos de apostolado seglar, de las hermandades y
cofradías o de aquellos que se reúnen para la lectio divina, aunque por razones
prácticas u organizativas, la dirección y la responsabilidad la lleven unos
grupos más o menos especializados, es decir, los grupos de Cáritas. En el
conjunto de la actividad de la Iglesia la caridad es un eje transversal, que
debe impregnar toda la pastoral. Necesitamos, pues, durante este curso
pastoral, descubrir y potenciar esa transversalidad de la caridad, la diakonía
y el servicio a los pobres.
Textos del guión litúrgico de Cáritas Diocesana de Sevilla para octubre de 2020.