Paz en la tierra (Jn 1, 1-18), breve comentario del Evangelio del domingo 2 de enero de 2022.
¡Cuánta guerra, cuando todos deseamos
vivir en paz! En todos los rincones de la Tierra hay conflictos armados que
siegan vidas inocentes. Unas veces son víctimas, directamente, de las armas de
fuego, otras del hambre o de las migraciones forzadas y en condiciones
inhumanas. Si la paz es fruto de la justicia, como dice Isaías, vivimos en un
mundo profundamente injusto.
Igual es que no todos deseamos vivir en
paz, y algunos ponen su beneficio económico y sus ansias de poder por encima
del bien y de la vida del pueblo. Pero unos pocos no pueden si los muchos no
ceden, y la responsabilidad de que el clima de división y enfrentamiento se
vaya adueñando de un país es de todos sus ciudadanos. Cuando dividimos a las
personas entre corderos y lobos, se llamen como se llamen unos y otros, ya está
justificado iniciar la caza del lobo y usar la violencia contra el que se ha
caracterizado como la encarnación del mal.
Si queremos la paz hemos de dejar que
brote en nuestro corazón y defenderla de tanta tentación de violencia y de
enfrentamiento que nos asalta. Que este año nuevo sea de paz para todos.