Toda la vida en dos claves (Lc 5, 1-11): Breve comentario sobre el Evangelio del domingo 6 de febrero de 2022.
La clave de la vida es escuchar la llamada que Dios te
hace en la transparencia de lo cotidiano. El día a día va mostrándonos, si nos
paramos un poco, en qué se ha de resolver nuestra vida. El profeta Isaías la
descubrió en el templo, en una experiencia profunda de oración; Pedro, el
pescador de Galilea, cuando descubre que tenía, delante de él, a alguien más
grande de lo que podría imaginar; Saulo de Tarso la descubre ante el hastío y
la contradicción de perseguir sin misericordia en nombre del Dios de la Misericordia.
Si somos capaces de escuchar qué nos pide Dios y acogerlo, toda nuestra vida
transcurrirá, con problemas y dificultades, pero con la certeza íntima de estar
viviendo nuestra propia vida.
Pero después de esa opción fundamental, después de haber
acogido la vocación de Dios que cimienta nuestra vida, tenemos que seguir
atentos a las llamadas concretas que nos hace en las situaciones y personas que
nos encontramos. ¿De qué sirvió escuchar la llamada a ser madre si, después,
sabes más sobre la última telenovela turca que sobre la vida de tus hijos?; ¿de
qué sirvió que le consagraras toda tu vida a Dios, si después esquivas el
compromiso, disimulas tu orgullo y sólo buscas la comodidad? Cada día tiene un
reto, cada día tiene su afán.
Alguna vez, cuando Dios llamó a tu puerta, tenías puestos
los auriculares; pudo pasar, pero no lo escuchaste. Ese es el reto: ponerse en
modo escucha.