Oración tras la comunión, miércoles 14 de febrero (Miércoles de Ceniza).
Nuestras
vidas son los ríos
que van
a dar en la mar,
que es
el morir;
allí van
los señoríos,
derechos
a se acabar
y
consumir;
allí los
ríos caudales,
allí los
otros medianos
y más
chicos;
y llegados, son iguales
los que
viven por sus manos
y los
ricos.
Este
mundo es el camino
para el
otro, que es morada
sin
pesar;
mas
cumple tener buen tino
para
andar esta jornada
sin
errar.
Partimos
cuando nacemos,
andamos
mientras vivimos,
y
llegamos
al
tiempo que fenecemos;
así que
cuando morimos,
descansamos.