Comentario al Evangelio del Domingo 6 de Marzo de 2016

A escondidas del amor (Lucas 1, 1-32)
A escondidas del Amor se vive mal. Inseguridades y miedos, recelos y suspicacias, inquinas y enfrentamientos crecen en esa umbría de nuestra vida; como plantas trepadoras que parasitan y nos quitan alegría.
No hay como compartir lo que te hace sufrir con quien te conoce; como reconocer los propios errores y pedir perdón a quien nos quiere; no hay como poner al sol del amor de Dios nuestras debilidades, para que su calor nos reconforte. Mientras te haces el fuerte, el indiferente, el inaccesible, el justo, sólo causas respeto, distancia. Cuando te muestras débil, enamoras.
El evangelio del próximo domingo nos muestra dos hermanos que, cada uno a su manera, se habían ocultado del amor del Padre. Aparentando suficiencia vivían sufriendo. Uno y otro mostraron su debilidad al Padre que fue a la búsqueda de los dos. Ese fue el primer paso dado en la tierra nueva de la reconciliación y el amor.
No dejes que tu autosuficiencia te aleje de los tuyos, de tu mujer, tu marido, tus hijos, tus hermanos. Todos nos equivocamos, todos tenemos que pedir perdón, todos tenemos, también, que perdonar. El amor que le tienes es más grande que la herida que te infringió; es más, sólo te pudo herir porque lo quieres.
Como el Pueblo de Israel, nosotros tenemos también nuestra tierra prometida. El primer paso que damos en esa Tierra Nueva es vivir, por la fuerza de la redención de Jesucristo, reconociendo nuestras debilidades, perdonando con corazón amplio los agravios de nuestros hermanos. La tierra nueva se llama Abrazo.