Jesús demostró su amor y humildad cuando lavó los pies de sus discípulos. “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Juan 13:14). Imitando a Cristo, no solamente implica preservar en la pureza, sino también incluye compartir su amor con los otros. Los cristianos son llamados para apoyarse los unos con los otros a través del servicio humilde, de la exhortación, y del perdón mutuo.
Eucaristía de la cena del Señor.
En la tarde del Jueves Santo, durante la celebración de la Eucaristía de la Cena del Señor, se recuperó en nuestra parroquia el lavatorio de los pies.
Jesús demostró su amor y humildad cuando lavó los pies de sus discípulos. “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Juan 13:14). Imitando a Cristo, no solamente implica preservar en la pureza, sino también incluye compartir su amor con los otros. Los cristianos son llamados para apoyarse los unos con los otros a través del servicio humilde, de la exhortación, y del perdón mutuo.
Jesús demostró su amor y humildad cuando lavó los pies de sus discípulos. “Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Juan 13:14). Imitando a Cristo, no solamente implica preservar en la pureza, sino también incluye compartir su amor con los otros. Los cristianos son llamados para apoyarse los unos con los otros a través del servicio humilde, de la exhortación, y del perdón mutuo.