Brilla así (Mateo 5, 13-16)
Es media mañana, llega a la parroquia un muchacho veinteañero pidiendo ayuda para él y su mujer y su niña. Llamo a una voluntaria de Cáritas Parroquial, le comento lo que me dice aquel hombre, y cuando lo ve, dice espontáneamente: “Pero tú eres el que se enfadó tanto el otro día; el que nos amenazó si no te ayudábamos…Ya sabía yo que te conocía”. El muchacho iba a reiterar con respeto que necesitaba ayuda… “Anda, anda no digas más, ven que en algo podemos ayudarte. Tu niña, ¿tiene menos de 6 meses?, pues aquí te podemos dar la leche hasta que cumpla el año. Por eso no te preocupes… Pero qué alegría que vengas así.
Brille así vuestra luz en medio de los hombres.
Ayer me puse muy contenta, me paró un muchacho que yo no conocía, me llamó por mi nombre y me dice: “Soy Javier, usted me preparó para la comunión, y al verla he querido saludarla. Fue muy cariñosa con nosotros y guardo un recuerdo muy bueno de usted y de la parroquia. Muchas gracias”. Yo ya le pregunté y está trabajando y tiene una niña… Me dio mucha alegría que después de casi ¡20 años! se siga acordando de las catequesis que le di. Para que veas que la semilla da fruto, aunque no lo sepamos.
Brille así vuestra luz en medio de los hombres.
Desde que los cristianos y la asociación de vecinos comenzamos a luchar por el barrio todo está mucho mejor. En el ayuntamiento se nos escucha con respeto. Cuando hay un problema vienen en seguida. Todo está más limpio. Sentimos que nuestro barrio se está convirtiendo en un barrio mejor, lo hemos comenzado a querer y apreciar. En verdad, la lucha no ha sido en vano.
Brille así vuestra luz en medio de los hombres.