Consagrados al Señor (Mt 10, 37-42)

Consagrados al Señor (Mt 10, 37-42), breve comentario sobre el Evangelio del domingo 2 de julio de 2023, XIII del Tiempo Ordinario.

La vocación de consagración ha sido y es una inmensa riqueza de la comunidad cristiana. Desde la tradición judía hubo personas que se consagraron a cumplir la voluntad de Dios aceptando renunciar a su familia e, incluso, a crear su propia familia, con todo lo que ello conlleva. El ministerio profético, muchas veces exigió ser asumido desde la consagración de toda la persona a la misión. Una vida itinerante, insegura, exponiéndose a la persecución, vivida en pobreza radical, como la de Jeremías, Elías o Juan el Bautista, no era compatible con tener la propia familia. La grandeza y el amor de Dios llenaba su alma.

En nuestra iglesia sigue habiendo hombres y mujeres que acogen la llamada a consagrarse por entero a la misión y a la voluntad de Dios. A ejemplo del evangelista Juan, de San Pablo y de muchos de los primeros evangelizadores, los sacerdotes, las religiosas, hombres y mujeres, llamados a la misión entre los más pobres, acogen la consagración al Señor como un don. La comunidad cristiana ha de acoger su entrega al servicio como un don.

Todo don personal es también una tarea. Por parte de la persona que se consagra para ser fiel a una vocación exigente y radical. También para la comunidad creyente es un don y una tarea. Las familias y las comunidades han de cuidar que sus jóvenes puedan abrirse a la hermosura y la grandeza de un amor de consagración, que nos hace vivir más allá, incluso, de lo que somos.