La fuerza de la semilla (Mt 13, 1-23),
breve comentario sobre el Evangelio del domingo 16 de julio de 2023, XV del
Tiempo Ordinario, ciclo litúrgico A.
Arqueólogos que investigan las pirámides
de Egipto encontraron semillas de trigo en el interior de una de sus estancias.
La sequedad del ambiente había impedido que germinaran. ¿Podrían germinar esas
semillas miles de años después de ser allí depositadas? Sí. La fuerza de las
semillas sorprende. Son pequeñas, casi insignificantes; su aspecto es como el
de un guijarro pequeño e inerte; algunas son frágiles, y con la yema de los
dedos se las rompe; pero tienen vida en su interior, y cuando tienen unas
mínimas condiciones germinan y reinician el ciclo de la vida.
Las parroquias hemos de ser semilleros.
Las comunidades cristianas hemos de crear un ámbito donde los niños, los
jóvenes y los adultos acojamos en nuestro interior las pequeñas semillas de la
fe, y con nuestra vida y palabra la vayamos esparciendo en todo momento. Cuánta
fuerza reparadora tiene la semilla del perdón, y de la bondad, y de la
preocupación por el más pobre; cuánta fuerza de esperanza tiene la confianza en
Dios Padre, y mucho más en un Dios Crucificado por amor a nosotros; cuánta
fortaleza da la conciencia de ser semilla enviada al mundo para que se inicie
en todos lados el dinamismo de una vida nueva, de una alegría nueva.
De que la semilla dará fruto no tienes que preocuparte; solo de que la semilla que atesoras dentro de ti sea de puro Evangelio: de acogida del inmenso amor del Padre, de un amor a los pobres que nos urge y nos conmueve.